lunes, 5 de mayo de 2008

LILÍ ÁLVAREZ



1.905 – 1.998

Tenis, Esquí, Automovilismo, patinaje y billar.





Elia María González-Álvarez y López-Chicheri.

Nació en Roma, pasó su infancia en Suiza y nacionalizada española.

Fue campeona de tenis a los 13 años en Suiza y en 1.929 campeona de España y vencedora de dobles en el torneo de Roland Garros. Disputó tres torneos de Wimbledon (1.926, 1.927 y 1.928) quedando finalista en cada uno de ellos, y durante los mismos ocupó el segundo puesto en la clasificación mundial.

En 1.924 ganó el circuito de Cataluña de Automóvil y en 1.941 fue campeona de esquí. Retirada del tenis profesional en 1.942, se dedicó a ejercer de periodista y escritora, facetas en las que también brilló. Sabía inglés, francés, alemán, italiano y español.
Estaba dotada de un gran talento para la práctica de cualquier deporte y de un temperamento especial que la convirtió en líder feminista en una época en que las mujeres tenían un papel secundario en la sociedad española. Es además la autora de varios libros, entre ellos, Feminismo y espiritualidad y El mito del amateurismo.
En 1.934 contrajo matrimonio con el conde francés de la Valdene, del que se separó en 1.939, poco después de perder el hijo que esperaban.

En un homenaje que le dio el Consejo Superior de Deportes, cuando ya contaba 93 años, presentó su libro La gran explicación desde la vida y el deporte. El 13 de mayo de 1.998, la ministra de Educación y Cultura, le concedió la Medalla de Oro al mérito Deportivo. También tiene el Lazo de Isabel la Católica.

Murió en Madrid. España, a la edad de 93 años.

ANNA PAVLOVA




1.882 – 1.931

Bailarina clásica.



Nacida en San Petersburgo, Rusia.

En 1.891 ingresó como alumna de ballet en la Escuela Imperial e, hizo su debut como solista en 1.899 y se convirtió en la “prima ballerina” en 1.906. Realizó giras por todo Europa en 1.907 y apareció brevemente con los Ballets Rusos del empresario Sergei Diáguilev; en 1.910 debutó en Estados Unidos con el bailarín ruso Mijáil Mordkin en el Metropolitán Ópera House de Nueva York.

Fundó su propia compañía en 1.911 y hasta 1.925, cuando se retiró, siguió bailando por Europa, América. África y Asía llevando el ballet hasta las áreas más remotas de la Tierra. Conservadora de su estética, fue una destacada representante del ballet clásico ruso, admirada por la calidad poética de su movimiento. Se interesó, también, por las danzas étnicas y las técnicas dancísticas de la India y Japón.

Sus interpretaciones clásicas más famosas fueron: Giselle, El lago de los cisnes, Las sílfides, Don Quijote, Copelía y el solo de La muerte del cisne, creado para ella en 1.905 por el coreógrafo ruso Mijáil Fokin.

ANTONIA MERCÉ "La Argentina"





1890 – 1936

Bailarina y bailaora.




Antonia Mercé Luque. Nació en el Río de la Plata,Argentina.

Sus padres se encontraban allí realizando una gira artística. La madre, Josefa Luque, cordobesa de familia aristocrática, era bailarina; el padre, Manuel Mercé, castellano de Valladolid, primer bailarín y maestro coreógrafo del Teatro Real de Madrid.

Tenía la niña una bella voz de contralto, y el maestro Mercé deseaba que se dedicara antes que nada al bel canto; consintió la pequeña y comenzó a estudiar tan dura disciplina. Pero sin perder de vista el baile. Murió el padre en 1903, y ello propició que abandonara los estudios musicales para dedicarse por entero a la danza.

En 1914 protagonizaba en el Teatro Alhambra de Londres El Embrujo de Sevilla, junto a un importante elenco de artistas flamencos. A partir de las actuaciones londinenses en 1.914, su carrera fue en constante ascenso, hasta situarse como una de las primerísimas figuras del baile europeo. En 1925, cuando pone El Amor Brujo en París, era una estrella internacional indiscutible.
. Fue el tesón, el empeño en hacer de su arte algo único y, siempre que estuviera a su alcance, imposible de mejorar, lo que dio a toda la obra de Antonia Mercé “la Argentina”, ese aura especial tan consustancial a la personalidad de la artista.

En 1929 puso una nueva coreografía de El Amor Brujo en la Ópera Cómica de París. Y a finales de ese año se le rindió homenaje en el Instituto de las Españas de Nueva York, con intervención de García Lorca.

En 1935 vio la luz el libro “Arte y Artistas Flamencos” del viejo cantaor Fernando Rodríguez el de Triana, y ello fue posible gracias a la decisiva colaboración de ella. El libro pudo editarse, apadrinado "por los poetas del día y por la reina maga Antonia Mercé, La Argentina)". Y al final del libro, como colofón, el cantaor-memorialista hace una semblanza de ella en términos, por supuesto, de gratitud y elogio, pero significativos.

El año último de su vida fue de intensa actividad. El 27 de junio pronunció, en París, una conferencia magistral con el título El lenguaje de las líneas.
Sus crisis cardíacas aconsejaron que aquel verano se tomara un descanso, y para ello se fue a la villa Miraflores, cerca de Bayona. El 18 de julio el sacerdote musicólogo padre Donostia le comunicó que en San Sebastián se había preparado un gran festival de danzas vascas en honor suyo, que había expresado el deseo y el propósito de incorporar a su repertorio, alguna de ellas.

Nueve días de reposo completo habían dado a la bailaora un aspecto de vigor, una alegría y un brío que no se le había visto desde hacía tiempo, así que el médico autorizó que se trasladara a la capital guipuzcoana para asistir a aquel festival. En el regreso a Miraflores el coche se detuvo, averiado, a pocos metros de la villa. Argentina pudo llegar por su pie a la misma, entró en la casa y se detuvo en la primera estancia, cayó sobre un diván que se hallaba próximo.

Había muerto, cinco minutos después de las nueve de la noche de aquel histórico 18 de julio de 1936.

PETRONILA DE ARAGÓN






1.135 – 1.173

Reina de Aragón.


Nació en Huesca, España.

Fue hija de Ramiro II, el cual fue elegido por el pueblo aragonés como rey, cuando era monje del monasterio de Sant Pons de Thomieres, y de Inés de Poitou.

Obtuvieron los aragoneses del Papa Inocencio II la doble dispensa de la profesión monástica y del sacerdocio, y él no tuvo reparo en prestarse a añadir el sacramento del matrimonio, casándose después de llevar 40 años de hábito con Inés, hija de los condes de Poitiers y hermana del duque de Aquitania, en Jaca, Huesca, el 13 de noviembre de 1.135.

Una vez nacida Petronila de este enlace, el 11 de agosto de 1.136, Ramiro II, el Monge, reunió a las Cortes en Huesca y anunció su intención de volver a la vida religiosa, puesto que tenía ya una hija en quién recayese la sucesión del reino.

La infanta Petronila fue encomendada al rey de Castilla, Alfonso VII, el cual pretendió casarla con su hijo Sancho. Pero la nobleza aragonesa y Guillermo Ramón de Montcada, senecal de Cataluña, aconsejaron su matrimonio con Ramón Berenguer IV, que era desde 1.131, en que sucedió a su padre, conde de Barcelona, Gerona, Ausona, Besalú y Cerdeña. Se aseguraba así la independencia de Aragón y se solventaba el pleito con la Santa Sede, planteado por el incumplimiento del testamento de Alfonso I de Aragón, que dejaba su reino a las órdenes militares, ya que el catalán era templario.

Hallándose Ramiro en Barbastro el 11 de agosto de 1.137, se firmaron las capitulaciones matrimoniales, en las que se pactaba un casamiento en casa y se regulaba el uso de la potestad regia. Entregando el rey así a su hija Petronila como esposa al conde Ramón Beranguer IV.

Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, pasó a tomar el título de príncipe de Aragón, mientras Petronila, aunque no gobernase porque era una niña, pasó a tomar el título de reina de Aragón. de ese modo tuvo lugar la unión de Aragón y Cataluña y, prevaleció aquel nombre por la mayor categoría del reino sobre el condado. Quedó así establecida la Corona de Aragón.

Esta aportó al futuro matrimonio la casa formada por todos los reinos de Aragón: Sobrarbe, Ribagorza y Monzón, tierras de Huesca, el reino de zaragozano, valle de Arán y sus derechos a los condados de Payas, para que el conde los gobernara y administrara bajo el señorío de su mujer.

Se acordó que el hijo del matrimonio heredaría el reino de Aragón; en caso de morir Petronila antes de tener un hijo, el reino pasaría a su marido quién accedería, tras la muerte de Ramiro II, al dominio pleno del reino, pudiendo trasmitirlo en herencia a hijos que tuviera con consortes posteriores.

El matrimonio entre Pedronila y Ramón Berenguer IV se celebró en Lérida en 1.150, Petronila se consagró exclusivamente a la educación de sus hijos hasta la muerte de su esposo en 1.162, y en 1.1.63 renunció a sus estados en Aragón a favor de su hijo primogénito Ramón, que tomó el nombre de Alfonso II, en recuerdo de su tío el Batallador, y en 1.164, hizo donación de todo el reino de Aragón, con las ciudades, villas y castillos, iglesias y monasterios y todo lo perteneciente a la Corona, al infante Alfonso, su hijo, que ya tenía 12 años, acto que la aristocracia aragonesa aprovechó para presentarla como verdadera poseedora del trono.

Una vez cumplidos sus deberes de reina y de madre, se quedó en Cataluña, en el condado de Besalú ya en Barcelona, donde murió el 13 de octubre de 1.173 a los 38 años.

Tuvieron seis hijos:

Pedro, infante de Aragón, nacido en 1152 y fallecido en 1157.
Ramón Berenguer, que reinaría con el nombre de Alfonso II de Aragón, nacido en Huesca en 1157 y fallecido en 1196, casado en 1174 con Sancha, infanta de Castilla, con la que tuvo nueve hijos: Pedro, Constanza, Sancho, Raimundo Berenguer, Alfonso, Leonor, Sancha, Fernando y Dulce. En 1162 a la muerte de su padre heredó el Condado de Barcelona y dos años más tarde, su madre le entregó el Reino de Aragón.

Raimundo Berenguer IV, conde de Provenza y de Cerdeña, nacido en 1158 y fallecido en 1181 a manos de los partidarios de Raimundo V de Tolosa.

Pedro de Aragón, nacido en 1159 y fallecido en 1181.

Leonor de Aragón.

Sancho de Aragón, conde de Roseñol y de Cerdeña, fallecido en 1223, casado en primeras nupcias con Ermesinda de Rocaberti, sin descendencia. Mas tarde se casaría con Sancha Nuñez de Lara, con la que tuvo dos hijos: Nuño y Sancha.

Dulce de Barcelona, infanta de Aragón, nacida en 1160 y fallecida en 1198, casada en 1175 con Sancho I, rey de Portugal, con el que tuvo once hijos: Teresa, Sancha, Raimundo, Alfonso, Pedro, Fernando, Enrique, Blanca, Berenguela, Constanza y Mafalda.